La esencia del cuerno masculino...

A raiz del post que publicó una amiga bloggera, entre Yoyo y yo, estuvimos analizando el asunto de los cuernos y descubrimos que, a pesar de la diferencia de géneros y mentalidades, los dos pensamos igual del mismo tema.
Se que sonará extraño lo que voy a decir, siendo que soy mujer, pero hay que ser realistas y aceptar que las acciones siempre tienen mas de un ángulo, que no siempre es el nuestro.

No siempre que el hombre le pone los cuernos a la mujer es porque no la quiere.

Y esto yo lo digo con pleno y absoluto convencimiento. Estoy casada hace mas de cinco años y, hasta donde tengo entendido, todavía no me han puesto la corona, ni me han adornado el caco; este es un tema que lo he hablado mucho con Marido, en parte porque tenemos muy buena comunicación, y en parte porque es mi manera sutil de entrar yo en su cerebro y plantarle MIS propias ideas de terror sobre lo que pasaría si a él se le ocurre meter la pata... ... ¡mejor dicho ! "otra" cosa en "otro" lado.
El espécimen masculino de nuestra especie viene con un chip integrado, como parte innegable de su naturaleza, que lo hace un animal de conquista. La razón por la que un hombre le tira un piropo a una furufa en la calle no es otra que la de reafirmar su hombría... ¡ Estúpido, dirán algunas ! Pero no, no es mas que la absoluta naturaleza, asi como a nosotras nos integraron el chip de la preguntadera, igualito.
Generalmente el hombre se resiste a entregarse a una relación por un razonable temor a perder esa libertad que le permita conquistar perpetuamente a cuanta falda le pase por enfrente, pero, paradójicamente, EMOCINALMENTE el hombre es mas leal que la mujer; cuando un hombre se enamora ( en serio) esa mujer lo marca para siempre, aunque no se quede con ella; la mujer tiene mayor capacidad para enamorarse, y enamorarse, y enamorarse y cada novio nuevo es "el amor de mi vida", salvo algunas excepciones, por supuesto. Esto lo digo con conocimiento de causa porque, en lo personal, tuve que emburujarme con un par de sapos (...¿"sapos", dije "sapos"? perdón Yoyito, pero si ... ¡SAPOS!) antes de encontrar a mi príncipe.
Los varones tienen la singular particularidad de que pueden involucrarse sexualmente con una mujer sin que intervengan sus sentimientos... para ellos un polvo no es mas que eso, un polvo. Este tipo de episodios, por lo general, no le dejan ninguna huella emocional, por lo que esto no les impide seguir queriendo con locura a su esposa, mujer, amantita, novia, querida, ¡ o lo que sea!
Muchas veces solo se dejan llevar por el momento, por la seducción de la tíguera en cuestión, por el mismo tigueraje con el que hace el can y por ese animal innato que llevan dentro y que los impulsa a seguir conquistando y descubrir que "todavía lo tienen", a pesar de la cotidianidad de una relación estable.
Decir que la mujer en casa no los satisface en "aquello" no es siempre lo mas razonable, eso se resuelve hablando ( ¡o dándole un jumo! ), es solo la necia e imperiosa necesidad de reafirmar su hombría.
Ahora, el hecho de que yo entienda lo que le pasa al hombre, no significa que lo justifique ni que lo apoye. ¡ Ruego a Santa Brígida que nunca se le ocurra a Marido ponerme en una situación asi!
El problema es que, amén de que algo se rompe en la relación, y se falta el respeto, los conflictos llegan por otro lado... "¿ se cuidó?", "¿quién mas lo sabe?", " ahora paso yo por pendeja alante de to' el mundazo"...
Pero eso no es nada, aquí viene lo peor: Cuando una mujer se embarca en una relación sexual con un hombre YA ESE HOMBRE ES SU MARIDO, eso de que "yo le dije que soy casado, ella sabe lo que hay" no sirve un carajo...¡ sépanlo hombres, eh!. Nosotras pensamos que tenemos el Elíxir Bendito y que en un acostón les vamos a cambiar la vida, por lo tanto, si te acostaste con ella ya no la vas a olvidar, y no importa cual sea tu intención ella se va a encargar de que sea asi; ahí empieza la mardita loca con su insistencia, una jodía llamadera, te encuentra donde quiera que te metas, llama a tu casa, A TU MUJER, para insultarla y decirle cuanta madre se le ocurra alegando que "esa estúpida [la esposa, eh] no sabe en lo que se ha metido" . Algunas llegan mas lejos, se encuentran con la que, legítimamente es dueña de tu sueldo, la insultan , la agreden y hasta intentan marcarla.
O sea que una simple "canita al aire" (que hasta podría ser perdonada) se convierte en un infierno y les maldice la vida a los dos.
Por lo tanto, pienso yo, algunos instintos, por muy naturales que sean, deben reprimirse ( ¡uno no se anda miando en la ropa por todas partes, uno aprende!).
Y si su problema es la conquista, y su afán por reafirmar su hombría, piense en lo caro que sale mantener un carajito, piense en que un gustico (que dura solo un par de segundos) le puede desgraciar el resto de la vida, piense en que cuando usted se acuesta con una mujer también se está acostando con todos los hombres con los que se acostó ella...
¿Y por qué no ? ¡ Piense en el SIDA !